La historia de la humanidad registra cruentos acontecimientos a todo lo largo de su existencia en su pugna por alcanzar el poder, sea éste de carácter político, económico, religioso o de grupos.
Acontecimientos como las cruzadas, las guerras mundiales, la persecución y muerte de millones de judíos, así como asesinatos de líderes políticos, son hechos palpables de hasta donde las pasiones humanas se desbordan y producen situaciones que ponen en peligro el ordenamiento jurídico-político de las sociedades.
El ser humano en su afán de imponer sus criterios avasallantes no se detiene ni un momento, a tal extremo que éste sólo responde a sus impulsos primitivos de lograr sus objetivos contra viento y marea.
La obra Antífona, del poeta y dramaturgo griego Sófocles, devela hasta donde los hechos trágicos indican el camino por donde conduce la obsesión por la consecución del poder.
Cita la obra que cuando Edipo Rey de Tebas , ya ciego, se marchaba de la ciudad, dejó allí a su madre y esposa a la vez, y cuatro hijos de ambos, Eteocles, Polinices, Ismena y Antífona.
A los dos varones los dejó al frente de la ciudad, quienes acordaron gobernar un año cada uno. Eteocles le correspondió gobernar el primer año, mientras que polinices se fue a Troya, pero regresó al año siguiente para gobernar a Tebas conforme a lo acordado entre ambos hermanos.
Sin embargo, Eteocles se negó cumplir lo pactado lo que provocó que el hermano de éste se sublevara y lucharan entre sí por el control del poder, en donde ambos pierden la vida.
Entonces, el tío de ambos, Creonte, queda al mando de la ciudad, y una de sus primeras medidas fue la de ordenar el entierro de Eteocles con honores, mientras que a Polinices, en cambio, prohíbe que se le dé sepultura.
Esta orden es desobedecida por Antífona, quien busca ayuda de su hermana Ismena para sepultar el cuerpo del hermano de ambas, ésta con miedo a la ira de su tío se niega, por lo que Antígona decide por sí sola emprender lo que se había propuesto, realizar, de manera simbólica, el entierro de Polinices.
Al enterarse Creonte de que su sobrina lo había desobedecido dictamina condenar a morir encerrada en una caverna que le sirvió de prisión. Llegada a este lugar, Antígona, se suicida ahorcándose.
Y su vez el prometido de Antígona, Hermón, hijo de Creonte, se mata clavándose una lanza frente al cadáver de su amada. Posteriormente, Eurídices, esposa de Creonte y madre de Hermón, también se suicida cuando supo de esa tragedia. De esta manera Creonte se queda sumido en un profundo dolor y lamentaciones que él resume en la siguiente frase: "pobre de mí".
Esta obra pone de manifiesto un conflicto cuyo principio es la disputa por el poder que culmina con una tragedia familiar, que provoca un vacío existencial en el alma del gobernante, que se conoce en el mundo moderno como vacío de poder.
Los seres humanos, con sus ambiciones por conseguir el poder a cualquier precio, y o por eternizarse en el mismo, creyéndose indispensable, provocan tragedias que se llevan de encuentro a todo que le cruce por el medio, sin importar quién o quienes sean.
La lucha por el poder político en el mundo se ha significado por ser una constante disputa de intereses en los cuales se han manifestado diferentes grupos sociales, influidos por factores tanto internos como externos, que en ciertos momentos de la historia, han provocado enfrentamientos entre hermanos y conciudadanos.
Esta lucha por el poder en el país se ha tornado con mayor intensidad en los partidos políticos que ha amenaza con llevarse de paro a todo el sistema democrático de la nación.
El Partido de la Liberación Dominicana es una organización que había disimulado muy bien sus diferencias internas mientras su liderazgo lo ejercía Leonel Fernández, pero ahora que es compartido con el Presidente Danilo Medina, la hegemonía se ha resquebrajo al tal punto que se ha puesto de manifiesto un enfrentamiento entre estas dos fuerzas por control de la entidad político.
Por ese enfermizo interés de controlarlo todo, el Partido Revolucionario Dominicano, a dos años de las elecciones generales, ya está fuera de competencia por la apetencia de Miguel Vargas Maldonado por querer repetir en el cargo a la presidencia de esa organización e imponer su candidatura presidencial en contra de todo el mundo.
La población dominicana, huérfana de un partido de oposición que sirva de contrapeso a las ejecutorias del gobierno del PLD, y a la vez una vía en donde ella canalizar sus aspiraciones de cambio, se mantiene vigilante al comportamiento de Hipólito Mejía y Luis Abinader, principales líderes del Partido Revolucionario Mayoritario.
El país observa con mucha atención la trayectoria del PRM a partir de ahora, el cual no asimilaría que los vicios y debilidades del PRD sean transferidos a la naciente organización que imposibiliten la conformación de la Convergencia por un Mejor País, que buscar integrar en su seno a entidades políticas y prestantes personalidades que desean desalojar del poder el gobernante partido oficial.
Por Andrés Gómez Solis
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