Juan Carlos Navarro, Secretario General del PRD Panameño ha renunciado a esa alta posición de dirección, asumiendo como dirigente responsable, la derrota sufrida por su partido en las recientes elecciones del 4 de mayo del 2014 en la República de Panamá.
Independientemente a que como Secretario General hizo todo lo que tenía que hacer para tratar de que su partido ganara las elecciones, no lograron alcanzar la victoria, por lo tanto, dando la cara de frente a la militancia del PRD y al pueblo panameño, asume el compromiso de que su partido pueda salir adelante, convencido de que su renuncia servirá para abrir los amplios espacios de reflexión, renovación y consenso que el país requiere por parte del partido de Omar Torrijos.
La obligación y el deber soberano del partido en ganar las elecciones, son independiente al equipo de proselitismo en la campaña y a los candidatos envueltos en la misma, por lo tanto un dirigente verdaderamente comprometido debe adjudicarse con responsabilidad los resultados de las elecciones, cualesquiera que sean; ya sea coronándose con la gloria de haber obtenido la victoria de su partido, o asumiendo con responsabilidad la derrota y dando paso a una renovación de la estructura partidaria.
En la mayoría de los países progresistas se acostumbra a que después de conocerse unos resultados electorales desfavorables, se procede inmediatamente a la renuncia de los dirigentes principales del partido para abocarse a un proceso de introducción a nuevas posibilidades de triunfo en el futuro.
La carga principal del proselitismo electoral se presume debiera descansar en el equipo de campaña de la candidatura, empero no es algo característico del mismo, por lo tanto, la dirigencia del partido debe ser la pilastra que asevere las derivaciones positivas, dando seguimiento a todas las ramificaciones que conduzcan a la victoria final de las elecciones.
Juan Carlos Navarro cumplió su papel como dirigente del partido, y está actuando en consecuencia con los resultados partidarios, independientemente del protagonismo que tuvo como candidato pasado, o que pudiera tener como candidato futuro.
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