Por JUAN T H
El país se encamina hacia una dictadura de partido. De un partido único, depredador y rapaz, sin valores ético ni morales a no ser los de la corrupción, el crimen, el narcotráfico y el terror. Un partido sin más ideología que la mentira y el engaño. Lo que algunos intelectuales llaman una dictadura constitucional.
En las elecciones del 20 de mayo el pueblo tendrá que decidir, primero con su voto, luego con la defensa de su voto al precio que sea, si el país continúa por el camino de Leonel Fernández, Danilo Medina, Félix Bautista, Margarita Cedeño, Reinaldo Pared Pérez, Rafael Alburquerque, Carlos Morales Troncoso, Víctor Díaz Rúa, Chío Jiménez, Bauta Rojas, entre otros.
Tendremos que decidir entre el cambio y la continuidad. Si queremos más de lo mismo con Danilo en su condición de cortesano de la Era de Leonel, o si por el contrario queremos el cambio que representa Hipólito, decidido a transparentar las finanzas, reordenar el gasto público, combatir y castigar la corrupción, terminar con el despilfarro y la francachela, para invertir lo justo y necesario en educación, salud, seguridad ciudadana, viviendas, generar empleos dignos, etc.
Tenemos, en la presente coyuntura, dos caminos. El camino del PLD y el camino del PRD. El camino de la democracia y el camino de la dictadura constitucional. Continuismo o cambio. Danilo, más de lo mismo, empujado con los recursos del Estado por los corruptos para evitar el banquillo de los acusados por depredadores y ladrones. Y por el otro lado Hipólito, listo para producir las transformaciones socio-económicas que demanda la sociedad y llevar a la cárcel a los que se han robado en ocho años más de 800 mil millones de pesos que bien han podido ser invertidos en educación y salud, empleo y viviendas.
Para muchos funcionarios las elecciones son asuntos de vida o de muerte, de libertad o cárcel. Si usted quiere que los ladrones sigan robando a manos llenas, sin temor a ser llevados a la justicia, vote por Danilo. Ahora bien, si usted quiere terminar con el robo de los recursos del Estado, los recursos suyos, de sus impuestos, entonces vote por el cambio, vote por Hipólito.
El día 20 es mucho lo que está en juego. No es cosa de niños, ni juego de muñecas. Para mantenerse en el poder y continuar con el desfalco, la camarilla gobernante pretende comprar o escamotear la voluntad popular. Los bandoleros del Palacio Nacional ya han invertido casi 50 mil millones de pesos en la candidatura de Danilo sin lograr colocarlo en primer lugar como bien lo ratifican las encuestas de embajadas, empresarios y demás sectores interesados en saber la vedad. (Hipólito supera a Danilo por 8 o diez puntos)
La camarilla gobernante ha programado diversas modalidades de fraudes que van desde la compra masiva de cédulas, tres días antes de las elecciones, hasta la persecución, apresamiento, chantaje, secuestro y el terror para que la gente no acuda a las urnas. La otra modalidad es el fraude electrónico, el fraude virtual que el PRD se ha preparado para evitar con un moderno centro de cómputos que puso loco al PLD.
El gobierno se ha dado cuenta que no bastarán los 50 o 60 mil millones de pesos que terminará invirtiendo en la campaña, que necesitará del fraude, que necesitará evitar que la gente vote. El PRD, sabiendo eso, tendrá que garantizar que la gente vote masivamente. Por su parte la población debe saber que votar no es sólo un deber, es una obligación, porque es mucho lo que está en juego. ¡Mucho!
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