Por :
Margarita Franco Zimmermann
Nunca me interesé por la
filosofía y, últimamente me he dedicado a leer a los griegos. La
literatura griega y con ella la filosofía son el punto
de partida al estudio o simplemente deleitarse en el mundo antiguo. La era de
los dioses, divinidades, héroes y heroínas entusiasman y hacen amena la
lectura. Esa frágil barrera entre lo real y místico, entre la verdad o la
fábula o sencillamente, volar hasta la antigüedad en bellos y fascinantes
capítulos de la literatura. Por algo los grandes de cualquier género literario
buscan insaciables sus fuentes de inspiración en esas historias y epopeyas
irreales o reales: ¿Qué más da?
El resultado es
que invita a la reflexión. Por ejemplo: Diógenes, quien
aplicó la filosofía de manera práctica. Sin haber dejado un legado que
estableciera un método filosófico, pero se sabe que sus hechos fueron tan
contundentes que su sabiduría filosófica podría ser aplicada hoy en día; él no
muere, sigue vivo, nace y renace en personalidades a través de la historia del
mundo y también en la nuestra.
Hombre o mito, simple
con alma y espíritu libre, solitario, ejemplo de vida austera por propia
decisión. Independiente ante los poderosos, vestía y se alimentaba
de manera sencilla, desatendía las normas y reglas sociales. Hoy su
filosofía se entiende a través de sus anécdotas, todas llevadas a la
práctica. Su sabiduría la representó con el cinismo, anecdotista práctico
por excelencia!
Adelantado a su época,
estuvo en contra del politeísmo y a los cultos religiosos, por considerarlos
superfluos. Y además, debe haber sido un gran revolucionario ,
criticaba las diferencias de clases sociales, predicaba y practicaba el
ascetismo (persona que vive en soledad , meditación y austeridad). Práctica
poco cultivada o en desuso en tiempos modernos.
Nació en Sinope, lo que hoy
es Sinop, en Turquía, aprox. 413-327 a.C. . Por insistente, logró pertenecer a
la Escuela Clínica, fundada por Aristenes (445-365 a.C.) a la cual le
costó entrar , ya que el filósofo no admitía discípulos., ante su
insistencia, Antístenes le amenazó con su bastón, pero Diógenes le dijo:
"no hay un bastón lo bastante duro para que me aparte de ti, mientras
piense que tengas algo que decir".
Dentro de las anécdotas más famosas, cabe destacar, aquella en la que
él estaba cenando lentejas, pasa el filósofo Aristipo y
le dice :
"Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer esa
basura de lentejas."
A lo que replicó Diógenes:
"Si hubieras tú aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular
al rey."
Aristipo, era filosofo que
vivía de manera confortablemente a base de adular al rey y Diógenes era
un filósofo que había renunciado a todo tipo de bienes materiales y exigencias
de la sociedad, a tal grado que su vivienda era un tonel o barril.
A plena luz del día
solía caminar por las calles de Atenas, llevando una lámpara encendida
según la tradición popular, y cuando le preguntaba que por qué hacía esto
contestaba: "busco un hombre honesto sobre la faz de la
Tierra".
Fue desterrado de su ciudad natal, por cuestiones económicas, hecho que
tomó con cierta ironía: "Ellos me condenan a irme y yo los condeno a quedarse".
Fue secuestrado por piratas y llevado a Creta, para ser vendido como
esclavo, al ponerlo a la venta, le preguntaron qué era lo que sabía
hacer, Diógenes contestó:
"Mandar , comprueba si alguien quiere comprar un amo".
Lo compró Xeniades de Corinto y le devolvió la libertad porque lo hizo
tutor de sus hijos.
En otra ocasión le preguntaron por qué la gente daba limosna a los
pobres y no a los filósofos, a lo que respondió:
"porque piensan que pueden llegar a ser pobres, pero nunca a ser
filósofos".
Un día mientras tomaba el
sol en la plaza, ocurrió uno de los encuentros más memorables de su vida;
Alejandro Magno se acercó a él e inició una conversación así:
"Yo soy Alejandro Magno" a lo que el filósofo contestó: "Y yo,
Diógenes el cínico"
Alejandro entonces le preguntó de qué modo podía servirle. El filósofo
replicó:
"¿Puedes apartarte para no quitarme la luz del sol? No necesito
nada más".
Se cuenta que Alejandro se
quedó tan impresionado con el dominio de sí mismo del cínico que se marchó
diciendo: "si yo no fuera Alejandro, querría ser Diógenes".
Desterrado de su
tierra, deambuló por Esparta, Corinto, Atenas y muchos
lugares, respetado por unos y detractado por otros, sin embargo, marcó un
comportamiento ético, fue un gran ejemplo de autosuficiencia. Es considerado
uno de los más destacados de la escuela cínica.
Ascetismo : Práctica de
los "asceptas"son persona que viven en soledad , meditación y austeridad.
Cínico: Persona que
comete actos vergonzosos, como mentir sin ocultarse, ni sentir verguenza por
ellos.
Tonel : es un barril
Diccionario
Maria Molinari
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